VIVIAN MAIER.


    ACTIVIDAD 1.

 

    Vivian Maier, nacida el 1 de febrero de 1926, fue una fotógrafa estadounidense con una vida especialmente peculiar. Pasó su infancia entre Francia y Estados Unidos. Cuando apenas tenía 4 años, su padre abandonó a la familia, y Vivían y su madre se vieron obligadas a convivir durante una temporada con Jeanne J. Bertrand, pionera de la fotografía. Se creen que Vivían pudo haber originado su pasión por la fotografía gracias a este periodo de tiempo en el que tuvo que relacionarse con Jeanne. 

A los tempranos 25 años se mudó a New York; un viaje duro ya que lo hizo sin su madre. En este momento, se interesaría por el oficio de niñera; trabajo al que se dedicaría oficialmente por el resto de su vida. Justo un año después, Vivían adquiere su famosísima Rolleiflex, la cámara que daría comienzo a una gran historia. 

 

    Vivian comenzó a trabajar en la fotografía gracias a que una de las familias con las que trabajaba le permitió usar un pequeño cuarto de baño como su estancia. Gracias a la oscuridad del cuarto, comenzó a revelar alguna de las fotos que hacía. No obstante, no trabajó durante mucho tiempo con esta familia, por lo que empezó a acumular carretes sin revelar que simplemente guardaba. Esto no mejoró a lo largo de los años; la situación económica de Vivian nunca le permitió gozar de caprichos, por lo que seguía acumulando cada vez más y más carretes sin revelar. Incluso llegó a verse obligada a tener que guardar su cámara por la inestable situación en la que se encontraba. Por suerte, comenzó a trabajar con una nueva familia y estos le dieron acceso a un pequeño estudio en el que pudo volver a centrarse en la fotografía. Vivian Maier falleció el 21 de abril de 2009.

 

    El documental visto en clase nos permitió descubrir una gran cantidad de información valiosa sobre esta célebre fotógrafa. Un estilo de vida extravagante, reservada, excéntrica, misteriosa... la figura de Vivian siempre fue un completo arcano. ¿Cómo es posible que nunca nadie se diese cuenta de lo increíbles que eran sus fotos? La cantidad inhumana de carretes sin revelar que guardaba ya debían de suponer un misterio. No obstante, no fue hasta nuestros días que alguien dio con el trabajo de Maier. Un joven estudiante, interesado por la fotografía, compró en una subasta un almacén en el que había algún que otro carrete sin revelar. El estudiante nada más reveló las fotografías quedó asombrado por el encanto y el misterio que aguardaban las fotos. Que nadie supiese de la existencia de Vivian fue lo que llamó la atención del estudiante principalmente. Publicó unas pocas fotos en Internet, y contactó con una de las familias para las que trabajaba Vivian. Esto le permitió hacerse con todas las pertenencias de Maier, entre las que se encontraban casi 3000 rollos de película para revelar.

 

Las fotos de Vivian captaban a la perfección al ser humano, eso es lo que las hacía tan especiales. Comprendía en su totalidad las expresiones y los sentimientos de cada persona que retrataba en sus composiciones. Quizás por eso mismo hizo tantas fotos, porque el humano reacciona de miles de maneras y Vivian quería captar cada una de ellas en sus fotografías. Parece incluso un hábito el de fotografiar todo que algo que hiciese por obligación. Estaba obsesionada con coleccionar recuerdos, por eso quería guardar todo lo que vivía. Conocidos suyos creen que Vivían guardaba sus fotografías con el objetivo de que alguien en el futuro las viese, nadie de su familia ya que en su testamento prohibe que alguien de su familia tocase algo suyo.

  

Era asombrosa la habilidad que tenía para fotografiar a personas sin que se diesen cuenta. De lo contrario, las reacciones de estas hubiesen sido forzadas y las fotos no hubiesen tenido para nada el mismo valor. Era una especie de "espía" que se dedicaba a inmortalizar momentos sin que nadie lo supiese, por eso mismo era tan especial. Era una figura extraña; reservada y misteriosa. Probablemente jamás hubiese imaginado que su trabajo fuese a llegar a tantas personas y sobretodo a tener tan buena crítica por todo el mundo. Nadie de sus conocidos cree que a Vivian le hubiese gustado vivir toda la fama que rodea su nombre en la actualidad. Al fin y al cabo, ella hacía fotos con el objetivo de inmortalizar sus recuerdos, por lo que dudo mucho que le hubiese gustado que sus fotos se publicasen mundialmente y que fuesen reconocidas por tantísimas personas. Las fotografías tendrían probablemente un significado muy personal para ella, y no creo que le hubiese gustado en absoluto compartirlas con el mundo entero.

 

Tampoco creo que fuese extraordinariamente feliz. De hecho, creo que la fotografía era una manera de escapar por unos instantes de la monótona vida que llevaba. Al fin y al cabo, Vivian tan solo era una mujer en los años 70, de clase media que trabajaba de niñera. Hubo un punto en el que era incapaz de pagar los materiales que requería la fotografía por lo poco que cobraba. Podríamos decir que su Rolleiflex era lo único que la hacía plenamente feliz, ya que a pesar de que solía recibir un trato agradable por parte de las familias con las que trabajaba, nunca se mostró extremadamente receptiva con ellas, mas bien interactuaba con ellas lo mínimo. Siempre fue un completo misterio para las personas que la rodeaban, pero sin duda Vivian Maier es una fotógrafa impresionante digna de admirar. 
 

ACTIVIDAD 2.


Fotografía 1.

 


Lectura de imagen.

Análisis denotativo.

Encontramos una fotografía cuadrada en blanco y negro. En el centro de la imagen hay un hombre que roza la vejez sentado en un tablón de madera. Apoya sus brazos en sus piernas. Sostiene en su mano izquierda lo que parece ser un pedazo de comida. Su pelo es negro, largo y se encuentra considerablemente despeinado. Su piel parece estar desgastada por la suciedad y la dureza de vivir en la calle. Su rostro cuenta con alguna que otra arruga causada por la edad. Tiene las cejas pobladas, con el ceño fruncido. Tiene la boca medio abierta en un gesto de molestia. Lleva una camisa desgastada de color oscuro, con el primer botón desabrochado, permitiendo así ver parte del torso del hombre. Lleva unos pantalones oscuros, anchos en los tobillos dejándolos así visibles. Lleva unos calcetines negros de mediana altura. El fondo parece ser de madera, de un tono claro. El suelo aparenta ser de piedra, no obstante el señor se encuentra sentado en un tablón de madera algo más oscuro que la madera de la pared. La piel del hombre está notoriamente sucia, sus manos muestran notorias marcas de suciedad y desgaste. La piel en su rostro es igual, solo que esta está decorada con una escasa barba corta descuidada que parece ser producto de no poderse haber afeitado en unos días. 

Análisis connotativo. 

Subjetivamente, esta foto es una gran composición de la que hablar. Al igual que la mayoría de fotografías de Vivian Maier, deduzco que es una foto espontánea basándome en la naturalidad de la expresión del rostro del hombre y en su posición. El objetivo de esta fotografía podría haber sido el representar a la clase obrera en los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XX. No era nada extraño que las personas de una clase baja viviesen en esas condiciones. Se ve que la situación del hombre fotografiado no es ni de lejos una situación envidiable, sino que mas bien, es un hombre que lucha por poder alimentarse y vivir de cualquier manera. Su piel está sucia y parece ser áspera por la tosquedad del trabajo físico ejercido por la clase proletaria y por tener que vivir en la calle. Por estos mismos motivos, la ropa del hombre se encuentra en tan mal estado. Su físico también deja ver la higiene escasa de una persona sin techo. La fotógrafa quiso plasmar lo duro que era tener que sobrevivir en esa época y a dónde podía llevarte a parar ser parte de la clase obrera baja.


Fotografía 2. 


 


Lectura de imagen.  

Análisis denotativo. 

La fotografía a comentar se trata de una composición horizontal a color. Toda la imagen es el reflejo de lo que parece ser un escaparate que puede apreciarse pobremente. En el centro del escaparate hay una anciana de tez blanca y rostro con arrugas. Su pelo es corto pero voluminosos y es de color gris debido a las canas. La mujer lleva un abrigo de pelo color gris con botones; el cuello de la prensa es bastante ancho, y cabe añadir que la señora lleva atado el abrigo salvo el último botón, lo que permite apreciar un collar ancho color grisáceo. En el reflejo del cristal, hay un horizonte de árboles secos con apenas hojas, aproximadamente 10. El cielo está despejado, y parece estar amaneciendo. También hay, justo en el centro, levemente a la derecha, 3 edificios; un edificio alto de color negro, uno más bajo de color blanco, y detrás de este último uno aún más pequeño de nuevo de color negro. Por supuesto, en el reflejo puede apreciarse la silueta de la fotógrafa. Podemos apreciar pobremente el sombrero negro que lleva y su brazo izquierdo sujetando la cámara. El lugar en el que se encuentra la fotógrafa parece ser un parking vacío a las afueras de una cafetería. Y se cree que es una cafetería ya que, dentro del cristal hay una mujer. Una mujer delgada, de estatura media, que viste un vestido ajustado y una gorra. Ambas prendas con el mismo estampado, tres franjas anchas de los siguientes colores: amarillo, negro y amarillo. Por cómo está vestida la joven, puede llegarse a la conclusión de que se trata de un uniforme típico de una cafetería estadounidense de la segunda mitad del siglo XX.   

Análisis connotativo. 

Esta foto pudo ser tomada por muchos motivos. Humildemente creo que esta fotografía fue tomada con el objetivo de representar la monógama y agotadora vida estadounidense promedia de la época. En esta ocasión es algo más difícil dictaminar si se trata de una foto espontánea o planificada. Esto se debe a que la expresión de la anciana es totalmente natural, y dudo que pueda lograrse ese gesto siendo una foto forzada, pero a la vez creo que es prácticamente imposible tomar una fotografía desde detrás de un cristal y que nadie se de cuenta de tu presencia, especialmente si la persona que estás fotografiando está tan próxima a ti. No obstante, me decantaré por la primera opción. No sería la primera vez que alguien se refiere a Vivian Maier como si fuese una especia de "espía", por lo que mi teoría es que realizó la foto justo antes de que la anciana se diese cuenta de que había alguien perturbando su privacidad. Ahora hablemos de la señora. Esta mujer parece no ir mal económicamente, el abrigo que lleva puesto parece ser de pelo real; prenda que solía y suele ser bastante cara. También cabe recalcar que esta mujer se encuentra en una cafetería en muy buenas condiciones. Parece refugiarse del frío, ya que aparenta estar amaneciendo y por la chaqueta de la mujer se deduce que es una estación fría. 

Lo más interesante de esta fotografía es, a mi parecer, el rostro expresivo de la mujer protagonista. En mi opinión, busca representar y contar la historia de un ciudadano promedio estadounidense; agotado por la monotonía y asfixiado por el nuevo estilo de vida americano, excesivamente consumista y asfixiante. La mujer está seria, quizás triste, pero indudablemente cansada, de eso no cabe duda. Esa es mi interpretación personal sobre la imagen; una típica cafetería americana, donde desayunar el típico desayuno americano, para dar comienzo al típico día de vida americana. Un ritmo agotador que afecta hasta a los más ancianos.

 


  

 

                

         

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